En 1921, Mario debió regresar a Argentina debido a la muerte de su padre (en noviembre de 1920), abandonando su deseo de ser médico.

En Rafaela, Vecchioli trabajó en diversas áreas y llegó a ocupar cargos jerárquicos importantes. Paralelamente, comienza a desempeñarse en un medio gráfico de la ciudad y su capacidad para escribir lo llevan a redactar y diseñar libros y álbumes de diferentes instituciones locales.

Además, fue un activo colaborador de los periódicos “La Opinión, “El Norte”, “Castellanos” y “El pueblo”. Espacios que permitieron comenzar a conocer a Mario Escritor.